Carmen Martín Gaite escribió en Los usos amorosos de la España de la posguerra: “Una de las conclusiones a las que llegué después de mucha investigación y reflexión fue que las mujeres solteras que no tenían intención de encontrar marido estaban quedando fuera, marginadas socialmente o caricaturizadas.

  • Pero nunca hablaste con ellos.

“Veo comentarios sobre la soledad y a veces incluso me obligo a buscar a alguien en aplicaciones de citas, pero no funciona”, dijo a Público Lucía, 28 años (nombre ficticio). La niña contó que a veces cuando sus amigas van con sus parejas y ella no tiene planes, piensa: «Si tuviera pareja, tendría más planes».

Almudena (42 años) lleva tres años sin pareja oficial.
Dijo a los medios que «un soltero no es discriminado, no se le llama soltero, se le considera un héroe».
A Almudena le preocupa que se considere que las mujeres solteras les impiden formar relaciones adecuadas. Tanto Łucja como Almudena admiten que para ellas estar solteras es una elección. Sin embargo, ambos admitieron que tuvieron que justificar su decisión con argumentos como: «Aún no me siento preparado para una relación».
La etiqueta peyorativa hacia las mujeres solteras sigue siendo una imposición de la que nunca han podido librarse.
Hay todo tipo de características e historias a su alrededor, desde cómo se les acababa el arroz, hasta cómo se quedaban atrás para vestir a los santos, o por sus personalidades era normal que estuvieran solos con frecuencia.
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“Un hombre no puede olvidar a un judío, cuanto más gris sea el cabello, mejor.
Era un soltero interesante”, dijo Amparo Quiles, investigadora universitaria especializada en género e igualdad de oportunidades.

40 años de dictadura y el ideal de mujer: virtud y castidad

Simone de Beauvoir, en su libro La mujer rota, sostiene que, por definición, «las mujeres están casadas, han estado casadas, planean casarse o son solteras». El matrimonio ha sido la norma durante siglos.
Marcaba la llegada de la mujer a la edad adulta y generalmente se consideraba su medio de subsistencia.
“Estar solo no es una opción. Las mujeres deben cumplir con sus deberes femeninos, de lo contrario serán consideradas errores para que otras mujeres no quieran ser como ellas”, aseguró a Público el director Manuel Jiménez del documental “Vírgenes”.
Cuarenta años de dictadura católica a nivel nacional han reforzado ciertas ideas sobre la feminidad y la masculinidad en la sociedad.
“La mujer ideal debe ser casta, encontrar un marido con quien casarse, tener hijos, ser buena ama de casa, cuidar de la familia y ser buena católica”, dijo Jiménez.
“Se les dio un estatus similar al de los perdedores de la guerra.
Muchas de ellas optan por mentir y decir que son viudas en lugar de aparecer en la sociedad como personas solteras», afirmó Jiménez.
Encarna tiene 71 años y vive en la ciudad de Ciudad Real.
“Me he sentido solo toda mi vida.
En mi ciudad, si una mujer no se casaba era diferente al resto», dijo a Público.

Encarna cuenta que cuando era pequeña, en el colegio, separaban a niños y niñas en clases diferentes.
«El contacto con los hombres es raro, se acercan a ellos con fuerza y ​​hay que aceptarlos tal como son». Encarna admite que nunca se ha sentido cómoda con este tipo de comunicación. A sus 71 años, dice que estar soltero fue la mejor decisión que pudo haber tomado.
“Cuando me dieron un plan no lo pensé dos veces, fui completamente libre de hacer lo que quisiera”.
Libertad para las mujeres que se hicieron monjas

En 2022, el director malagueño Manuel Jiménez realizó el documental Solteronas, en el que dio voz a 20 mujeres solteras.
“La mayoría nos dijo que casarse les daba más libertad. Y todos ellos, sin excepción, han hecho más en la vida de lo que hubieran hecho si hubieran estado casados», afirmó Jiménez.

El autor del texto explica que estar soltero o no es su elección personal, “pero en el caso de la ex sirvienta no fue así, porque no le quedó otra opción”. Tecla, una mujer soltera de unos 60 años, cree que el término «soltera» «siempre ha tenido una connotación negativa, pero probablemente ahora sea un buen momento para cambiarlo. Una forma de libertad que en ese momento sólo pueden alcanzar las mujeres que Me he hecho monja”.
Jiménez sostiene que este sentimiento de ofensa es parte del proceso de socialización y de la «pedagogía invisible que nos rodea». El director sostiene que el significado peyorativo del término ha migrado de los cuentos de hadas infantiles al cine, la novela, la poesía, el teatro, la televisión, la publicidad, los cómics, las revistas e incluso las letras de canciones famosas. Al hablar de esto, Jiménez hace referencia a la canción «A lima y limón» de Concha Picker: «A lima y limón no tienes quien te quiera, a lima y limón vas tú».
Que me dejen solo, que vergüenza y que dolor…»

Una sociedad igualitaria falsa y peligrosa

“Lo que me preocupa es esta pedagogía invisible en la que se nos dice que siempre estamos mejorando un poco y nunca retrocedemos. Tan equivocado y peligroso como la creencia de que vivimos en una sociedad igualitaria”, admitió el director de cine malagueño.
Jiménez se hizo eco de las palabras de María de Maestu: “Soy feminista y me daría vergüenza no hacerlo”.
Alazne Páramo, miembro de la Asociación de Madres Solteras por Elección, cree que todavía existen diferencias en el estatus de hombres y mujeres solteros. «Si una mujer es soltera, la idea básica es que tarde o temprano tendrá pareja, hijos…
Los hombres no preguntan estos problemas «, dijo. A los hombres normalmente no se les pregunta sobre su vida personal», puso como ejemplo.

Mientras filmaba el documental Solteronas, Jiménez asistió a la clase de literatura y mujeres de Amparo Quilez, que contaba con 51 mujeres y un hombre.
Todos tienen poco más de 20 años.
“Cuando les pregunté si esto estaba fuera de su alcance, la respuesta fue no.
«Las preguntas sobre cuándo volverá el niño a casa, cuándo se celebrará la fiesta de cumpleaños o si saltarse las comidas o no, siguen siendo preguntas habituales en cualquier reunión familiar», afirmó el director.

Jiménez explica que la solución para eliminar la presión social sobre las mujeres solteras es la educación.
“No sólo la educación gestionada que aprendemos en la escuela, sino algo más estructurado, más sistemático.
Por tanto, la decisión de una persona de compartir su vida con otra es una decisión personal, sin carga alguna. Ni positivo ni negativo.
No importa si eres hombre o mujer», concluyó.