El Decreto N° 276/21 del Gobierno de República Dominicana clasifica todo lo relacionado con el paquete licitatorio 2022-2023 como “información confidencial” y “una cuestión de seguridad nacional”. Y estos números y frases son las claves burocráticas adjuntas al contrato para construir la valla fronteriza que separa a República Dominicana de la vecina Haití, donde una población torturada está sumida en la pobreza y la violencia.

La información sobre el trabajo aún es fragmentaria. Probablemente pocas personas sepan todo sobre lo que en la jerga oficial dominicana llaman la «cerca inteligente»: el presidente de la República, Luis Abinader, algunos de sus asesores, entre ellos el ministro de Defensa español, Carlos Luciano Díaz Morfa. , el general de brigada Antonio Núñez, el abogado Alfredo Yeager, coroneles y otros oficiales de las Fuerzas Armadas patrullan zonas ya repletas de boogies, motos y todoterrenos… y una empresa española actúa como proveedor.

Un hermetismo absoluto ha rodeado el proceso administrativo de una de las principales obras públicas de la fase de Abinader, una promesa electoral que el Presidente y el candidato están vendiendo como lo han hecho en esta campaña antes de las elecciones del próximo domingo 19 pero después de la ceremonia de premiación.

El contratista principal es un consorcio formado por dos empresas locales de ingeniería civil, Compreica y Obinsa, cuyo presupuesto para la primera fase es de 2.000 millones de pesos dominicanos (32 millones de euros), y un presupuesto total de casi 300 millones de euros. Entre ellas podrían estar otras empresas que actúan como filiales centradas en dos ingenierías dominicanas y la española Escribano Mechanical Engineering SL, dado que algunos de los productos de la empresa no son filiales y tienen un carácter fundamental.

La valla en la frontera de República Dominicana es la segunda valla, después de la que Donald Trump instaló en la frontera entre Estados Unidos y México que divide a Estados Unidos. Hay otras 58 fronteras amuralladas en el planeta, desde las dunas de arena del antiguo Sáhara español hasta la malla de acero de Grecia con Turquía, el muro de hormigón de Gaza hasta el muro de alambre de Corea… pero sólo hay 10 carreteras comparables. Muro dominicano. Y uno de los precedentes más parecidos en cuanto a mantener la distancia es el vallado de Melilla.

Estas diferencias se relacionan tanto con la altura como con la carga de trabajo. En República Dominicana tiene 391,6 km de largo, 3,90 m de alto, carreteras empinadas y 161 km de carretera de dos carriles para patrullas militares. La ruta fue trazada sin consulta previa con Haití y permanece inconclusa, pasando por cinco provincias dominicanas con 311 hitos o “pirámides” importantes. Había puertas a lo largo de la ruta a través de las cuales el ejército dominicano podía filtrar las multitudes de haitianos que intentaban ingresar a Santo Domingo todos los días.

Está previsto construir 74 torres de vigilancia entre trozos de muros de hormigón y cables eléctricos. Pero lo que acerca esta valla a la valla de Melilla son los ojos. El Ejército dominicano compró a España el sistema electroóptico OTEO-S. Los suministra Escribano, que ha pasado de ser un taller de reparación de vehículos blindados a una de las principales empresas de armamento y seguridad de la industria de defensa española. Escribano también está equipando a las patrullas fronterizas de la Guardia Civil con estos protectores faciales para su sistema integrado de vigilancia exterior.

El sistema OTEO-S incluye cámaras térmicas, GPS, telémetros láser, software de control… todo ello se puede cargar en vehículos patrulla y vincularse a lo que una flota de drones está filmando. Según fuentes del sector, cada paquete en Europa cuesta 450.000 euros. Este no es el único tema español presente en la obra. El año pasado, el enviado especial del Ministerio de Defensa dominicano, aprovechando la estrecha relación entre ambos países, para ordenar consultas e inspecciones técnicas de la construcción de la valla, con una propuesta económica presentada por Santo Domingo.

La idea es obtener la aprobación de algunos elementos controvertidos del proyecto. Pero en este país, una cuerda de acordeón colgada de una valla (una técnica cada vez más prohibida debido a sus efectos brutales sobre quienes se atreven a utilizar la hoja) y otros detalles comerciales no forman parte del debate. El probable ganador de Compreica SAS es el ingeniero Héctor Tenu, quien dirige la plataforma Constructores con Papá. Ese padre no era Abinader sino el padre político de su partido, el expresidente Hipólito Mejía. Pero estas son acciones de la política dominicana.

Las soluciones a la xenofobia impulsadas por proyectos se exportarán más fácilmente. Si Abinader puede aspirar a la reelección luciendo esta valla y su gobierno puede transmitir videos promocionales como si fuera una carretera o un hospital, es porque los votantes dominicanos están comprando este producto. En 2022 y principios de 2023, cuando los cárteles se apoderaron de Haití y expulsaron a la gente devastada, varias organizaciones, tanto de oposición como de no oposición, organizaron «Marchas Patrióticas de RD» para exigir el fin de la inmigración haitiana a la República Dominicana. Este tema se ha convertido en una prioridad política interna, un tema discutido sin mayor explicación. Por ejemplo, contra las mujeres haitianas embarazadas que intentan cruzar la frontera para enviar a sus hijos a un nuevo país. “No más invasiones de Haití. Aquí no habrá más nacimientos”, reza la pancarta principal de la Marcha Patriótica a su paso por Santiago de los Caballeros, segunda ciudad del país, el 3 de octubre de 2022. Organizador: Instituto Duartiano, organización nacionalista semigubernamental. O, como exigía en ese momento un cartel de la marcha espontánea en la marcha principal en Santo Domingo: “¡Protejan la frontera, maldita sea!”