El dicho “compartir es vida” se ha vuelto cada vez más significativo en la sociedad actual.
Los consumidores llevan mucho tiempo pensando en la palabra «comprar» cuando necesitan adquirir bienes y servicios, pero los términos «compartir», «intercambiar» o «alquilar» están desapareciendo cada vez más del vocabulario de los usuarios, que buscan formas más asequibles de comprar. satisfacer sus necesidades.
En este contexto, el consumo cooperativo se ha convertido en una de las vías más populares para los ahorradores.
Este concepto logra incluir iniciativas a través de las cuales los usuarios se exponen a través de plataformas online a compartir todo tipo de productos y alquilarlos a precios inferiores a los que pueden adquirir en el mercado habitual.
El dicho “compartir es vida” se ha vuelto cada vez más significativo en la sociedad actual.

Según datos de la OCU, existen más de 400 plataformas de diferentes sectores que te ayudan a elegir el tipo de servicio que te interesa, desde alojamiento hasta movilidad.
Aunque se espera que esta cifra aumente en los próximos 15 o 20 años, esta tendencia podría convertirse en una de las más importantes y clave para la transformación del mercado.

“El futuro del consumo colaborativo parece ser uno de creciente regulación, lo que refleja su evolución desde una novedad hasta una parte integral e importante de la economía global.
El profesor afirmó que el consumo colaborativo sigue creciendo de forma sostenible, impulsando la innovación y aportando beneficios tanto a los usuarios como a la sociedad en su conjunto.

Tipos de consumo colaborativo

Hay muchas maneras diferentes de abordar el consumo colaborativo, pero está más presente en nuestra vida diaria de lo que pensamos, por ejemplo en los mercados de redistribución.
Cuando dejamos de usar un producto y lo reciclamos para que otra persona pueda usarlo, estamos aumentando el ciclo de vida del producto y al mismo tiempo ayudamos a nuestro bolsillo.
Un ejemplo de esto es el mercadillo, donde podemos ganar dinero vendiendo artículos que no usamos y ahorrar dinero comprando otros artículos a precios más bajos.
Esto se llama peer-to-peer y es otro ejemplo de consumo colaborativo.
Aquí, personas con intereses comunes se reúnen para participar a nivel local.
Por ejemplo, las empresas pueden reducir costes compartiendo espacios de trabajo a través del coworking o utilizando parques urbanos y compartiendo plazas de aparcamiento entre vecinos.

Por otro lado, el consumo colaborativo es cada vez más común en sectores de productos y servicios y especialmente en el mundo del transporte.
Cada día son más los usuarios que comparten sus viajes con desconocidos en el mismo destino para reducir el gasto en combustible y provocar menos contaminación.

Cómo beneficiarse del consumo colaborativo

Para aprovechar al máximo este tipo de mercado, es necesario reorientarnos hacia el compromiso comunitario.
“Este enfoque recuerda a la economía tradicional de intercambio humano, donde lo principal no es el beneficio sino satisfacer las necesidades comunes compartiendo recursos.
Internet ha sido el catalizador para reactivar esta actividad, proporcionando las plataformas que la facilitan”.
Tipos de interacciones”, dijo Santos.
Para aprovechar al máximo el consumo colaborativo, los usuarios deben centrarse en crear y participar en comunidades donde se priorice la confianza y el beneficio mutuo.
«Esto no sólo maximiza los beneficios individuales y sociales que surgen del consumo colaborativo, sino que también contribuye a una economía más sostenible y equitativa», añadió el profesor.
Plataforma de consumo colaborativo

Como acabamos de ver, el consumo colaborativo puede darse en diferentes ámbitos de la vida, la mayoría de los cuales cuentan con plataformas que ayudan a los usuarios a practicarlo.
Por ejemplo, los entusiastas de la segunda mano tienen aplicaciones como Vinted, Wallapop, Freecycle, Percentil o Etsy donde pueden promocionar sus artículos mientras los compran a otros usuarios a precios asequibles.
Por otro lado, quienes quieran viajar por el mundo sin gastar mucho dinero pueden recurrir a plataformas como Gamping, a través de las cuales los usuarios alquilan sus terrenos donde los turistas pueden acampar. Otra opción para este grupo es Couchsourfing, una aplicación que permite a los anfitriones ofrecer un sofá o incluso una habitación a los viajeros.
Por otro lado, el consumo colaborativo es cada vez más común en sectores de productos y servicios y especialmente en el mundo del transporte.
Cada día son más los usuarios que comparten sus viajes con desconocidos en el mismo destino para reducir el gasto en combustible y provocar menos contaminación.
Cómo beneficiarse del consumo colaborativo

Para aprovechar al máximo este tipo de mercado, es necesario reorientarnos hacia el compromiso comunitario.
“Este enfoque recuerda a las economías tradicionales de intercambio humano, donde la prioridad no es el beneficio sino satisfacer las necesidades comunes mediante el intercambio de recursos.
Santos explica que Internet es el catalizador para activar esta actividad, ya que proporciona plataformas que facilitan este tipo de interacciones.

Para aprovechar al máximo el consumo colaborativo, los usuarios deben centrarse en crear y participar en comunidades donde se priorice la confianza y el beneficio mutuo.
«Esto no sólo maximiza los beneficios individuales y sociales que surgen del consumo colaborativo, sino que también contribuye a una economía más sostenible y equitativa», añadió el profesor.

Plataforma de consumo colaborativo

Como acabamos de ver, el consumo colaborativo puede darse en diferentes ámbitos de la vida, la mayoría de los cuales cuentan con plataformas que ayudan a los usuarios a practicarlo.
Por ejemplo, los entusiastas de la segunda mano tienen aplicaciones como Vinted, Wallapop, Freecycle, Percentil o Etsy donde pueden promocionar sus artículos mientras los compran a otros usuarios a precios asequibles.

Por otro lado, quienes quieran viajar por el mundo sin gastar mucho dinero pueden recurrir a plataformas como Gamping, a través de las cuales los usuarios alquilan sus terrenos donde los turistas pueden acampar. Otra opción para este grupo es Couchsourfing, una aplicación que permite a los anfitriones ofrecer un sofá o incluso una habitación a los viajeros.