La Policía Local ha puesto en cuatro meses 166 multas por apartamentos ilegales, el doble que en todo 2023.

Los apartamentos turísticos están repartidos por toda Valencia, más allá del centro y el paseo marítimo, los lugares más emblemáticos para el turista. Esta opinión, sobre todo por su implantación en los sótanos comerciales de muchos distritos, se ve confirmada por los datos sobre las sanciones económicas por viviendas ilegales impuestas por el Ayuntamiento en los cuatro primeros meses del año.
La primera conclusión es que se está intensificando la supervisión ya que el número de denuncias se ha duplicado a 166 resueltas al 17 de abril de este año, en comparación con las 84 reportadas para todo el año fiscal 2023.
O, lo mismo, se impusieron más multas. en cuatro meses. en los dos últimos años, un total de 157.
El segundo se refiere a la expansión territorial de este fenómeno, ya que en materia de sanciones económicas, el distrito de Saidia, situado cerca del centro pero alejado de la zona turística, lidera con 47 denuncias, seguido de Ciutat Vella (40) y Poblats Marítimos (24).

Por distritos, los que más registros son: Morvedre (29), Carmen (20), Cabanyal (18), Benicalap (13) y Ruzafa (11). La presencia de apartamentos turísticos se está extendiendo como una mancha de petróleo por la ciudad y ha llegado a barrios que aún no tienen perfil turístico, como Ayora, Ciutat Fallera, Marxalenes, Trinitat, Patraix y Monteolivete.

Así lo afirmaba la respuesta del delegado de la Policía Local, Jesús Carbonell, al grupo municipal de Compromís, que a mediados de abril solicitó datos detallados sobre el control que hace la ciudad de las viviendas turísticas ilegales.
Según fuentes del Ayuntamiento, el plan de control de pisos ilegales iniciado por las autoridades locales ahora «sigue ejecutándose con inspecciones continuas en todas las zonas de la ciudad, con especial atención en las zonas con mayor demanda turística».

Las mismas fuentes subrayan que la Ley de Vivienda del estado «no regula la cuestión de los apartamentos turísticos», lo que provoca «inseguridad jurídica y un aumento de la oferta ilegal» de viviendas destinadas a uso turístico.
Por otro lado, Valencia está estancada en la gestión de apartamentos turísticos ya que el proyecto de reglamento detallado aún está en fase de construcción. De hecho, la alcaldesa María José Catalá anunció a principios de año que el gobierno local confiaría en la Universidad de Valencia para los preparativos.
Sin embargo, esta no es la única herramienta para combatir el suministro ilegal, ya que el Ayuntamiento cuenta con sus propias actuaciones de inspección y herramientas de planificación urbanística.

“La avalancha no es sostenible”

Esta semana, tras una reunión con el ayuntamiento, la Federación de Asociaciones de Vecinos afirmó que es «urgente prevenir la avalancha de pisos turísticos que ha inundado la ciudad y que ahora es completamente insostenible» por su impacto en la sostenibilidad.